Parece que los hermanos que marcaron la última pauta a seguir en el cine de acción quieren volver a marcar rumbos por los que encaminar el sentido del cine concebido como puro espectáculo y, al menos en cierta manera, lo han conseguido.
La locura visual a la que nos someten los directores durante las dos horas de metraje marean, deslumbran y en un descuido te pueden llevar al ataque epiléptico, pero también atrapan y sorprenden. Calcando los elementos formales del anime (sobre todo los fondos móviles detrás de los personajes) los Wachowski tratan de ofrecer lo nunca visto, la cámara se mueve más rápido que los bólidos y vuela por los circuitos trazandos recorridos imposibles en el viaje más parecido a una montaña rusa que haya experimentado en una sala de cine(parecidos a los que se pueden ver en películas como Spiderman 3 pero con una efectividad apabullante). Los colores merecen mención aparte. La gama ultrasaturada y los flashes de luz ocupan la mayor parte del relato, el mundo resulta artificial, quedando mucho más cerca de un videojuego que de la vida real. Esta pretendida artificiosidad espectacular también se toma de la serie original y es elevada hasta rozar la animación pura y dura.
La historia es floja, maniquea y moralizante.El interés se pierde durantre las secuencias explicativas(aunque se recupera de inmediato durante las carreras) Los personajes protagonistas carecen por completo de química y alguno de los secundarios roza el patetismo naïf (veáse niño gordo con chimpancé).
Por otro lado tiene alguna idea interesante en cuanto estructura temporal en la primera secuencia presentando el pasado de los personajes mediante flashbacks durante un carrera y el resto de los secundarios aún siendo caricaturas son caricaturas entrañables.
En definitiva. Los Hermanos Wachowski han creado el modelo de cine espectáculo para los próximos diez años(con permiso del ENORME proyecto de James Cameron, Avatar) con una película entretenida cuyo estilo visual que acerca la tradición de la animación japonesa a Hollywood (De una manera más evidente que Matrix). Recomendable al menos como curiosidad estética.
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